Redacción. Madrid
José Luis Venero y Bertrand Joseph, investigadores de la Universidad de Sevilla y del Instituto Karolinska de Estocolmo, respectivamente, han publicado un reciente estudio sobre enfermedades neurodegenerativas en la prestigiosa revista Nature. La investigación se centra en el proceso de inflamación cerebral, el cual está muy relacionado con el desarrollo de este tipo de patologías principalmente en personas adultas.
José Luis Venero.
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El artículo, ‘Caspase signalling controls microglia activation and neurotoxicity’, descifra y aporta algunas de las claves que intervienen en el proceso de inflamación cerebral, un mecanismo muy relacionado con neurodegeneración y, por ende, con la aparición de patologías como la demencia senil, el alzheimer, el párkinson o la esclerosis lateral amiotrófica, demostrando el papel de unas enzimas, las caspasas, para frenar el proceso de inflamación cerebral.
"Hay evidencias muy contrastadas en la literatura científica que demuestran la importancia de la inflamación cerebral en este tipo de enfermedades. Éstas representan un problema sanitario de primera magnitud, especialmente a medida que aumenta la población de avanzada edad", explica el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Sevilla, José Luis Venero.
El alzheimer o la esclerosis múltiple son actualmente enfermedades progresivas y crónicas que precisan de un tratamiento a largo plazo. La inflamación cerebral, responsable de este tipo de patologías, está mediada por unas células del sistema nervioso central llamadas células microgliales. Éstas son las encargadas de eliminar los restos celulares cuando ocurren daños neuronales en el cerebro.
"Por ejemplo, si acontece un problema en las neuronas, las células de la microglia se activan con el propósito de eliminar los vestigios restantes del proceso. Éste es el mecanismo normal de actuación de las células", apunta el investigador. En las personas que padecen enfermedades neurodegenerativas, donde los efectos son crecientes, el problema radica en la activación excesiva de las células microgliales. "El inconveniente surge cuando estas células se sobreactivan. En este caso generan un ambiente neurotóxico, iniciándose un círculo vicioso de muerte neuronal y activación", explica Venero.
La principal aportación del estudio está en la demostración de cómo unas enzimas llamadas caspasas intervienen en el proceso de activación microgial, y cómo el uso de inhibidores de dichas enzimas podría ralentizar los efectos de las patologías provocadas por enfermedades neurodegenerativas. "Son importantes porque juegan un papel determinante en la estimulación de la microglia y en la neurotoxicidad asociada a dicho proceso. Si somos capaces de reducir la activación de este tipo de células a través de las caspasas, podríamos mitigar los procesos de inflamación cerebral", argumenta.
El estudio ya ha sido probado con éxito en muestras de bancos de cerebros humanos, lo que implica un paso más a los primeros experimentos llevados a cabo en cultivo celular y en animales de laboratorio como los ratones. De esta forma se abren nuevas vías farmacológicas para el tratamiento de este tipo de enfermedades, con todo lo que ello significa para avanzar en el campo de la neurodegeneración. "En las investigaciones, a veces, un pequeño paso supone un gran avance en el conocimiento que puede, además, generar un gran impacto en la sociedad", concluye el investigador Venero.
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